Pensamiento del día.

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

Federico García Lorca (1898-1936) Poeta y dramaturgo español.



Dato ortográfico del día.

Es “mb”, nunca “nb” (ambos).

Es “nv”, nunca “mv” (invierno).

Es “mp”, nunca “np” (improvisar).

Es “nr”, no “nrr” (enroque).



domingo, 30 de abril de 2017

-ENSAYO- LA OBSCENA BELLEZA EN LAS FOTOGRAFÍAS DE JAN SAUDEK.

 Entre la fotografía y la pintura existe una estrecha relación surgida desde el momento en que empezó a desarrollarse la técnica fotográfica. Desde entonces la línea fronteriza entre una y la otra se ha ido desvaneciendo para lograr una sinergia y un enriquecimiento entre ambas expresiones artísticas.

Anterior al surgimiento del carácter conceptual de la fotografía, ésta era vista solo como un medio para plasmar una imagen lo más cercana posible a la realidad. Cuando empieza a valorarse la fotografía como concepto y no como solo una captura petrificada del mundo real, ésta adquiere un grado de análisis como cualquier otra obra de arte.

Como antecedente de la fotografía conceptual puede considerarse al pictorialismo, que según Baqué (2003) en el arte contemporáneo se ha  “asistido a un retorno del pictorialismo, paralelo a un renovado interés por las técnicas antiguas, sobre todo a lo que podría denominarse el retorno de la Historia” (p. 147). Con lo anterior, el autor hace referencia a  aquellos artistas que han recurrido al uso de la pintura sobre la fotografía, como es el caso de Jean Saudek, fotógrafo y artista plástico checo nacido a principios del siglo XX. Baqué considera este proceso como una actitud nostálgica al pasado, y en detrimento de la resignación al tener que volver a la pintura “para acceder al sacramento de la obra”.

Como explica Incorvaia (2008) la corriente pictorialista, surgida entre 1891 y 1920, pretendía realizar una fotografía “artística” basada sobre todos en temas literarios y alegóricos, recurriendo a una búsqueda formal de procedimientos muy elaborados. (Incorvaia en Sosa, 2014, p. 68)

Los artistas pictorialistas implementaron la aplicación de pigmentos en sus fotografías. Al principio se usaban sales metálicas para variar la intensidad de la luz y se valían de impresiones que permitían hacer raspaduras o aplicar pinceladas. Más adelante se comenzó a colorear las placas espolvoreando pigmentos de oro y plata sobre la superficie. Cerca de 1940 las empresas Kodak y Ansco perfeccionaron las emulsiones en esa constante búsqueda del color. Es cerca de ésta época cuando Jan Saudek comienza a dedicarse a la fotografía. En el prólogo de su libro de 1997, hace referencia al uso de la antigua técnica de colorear las fotografías con colores brillantes que él mismo empleó. Aunque recibió críticas de la prensa, quienes afirmaban que “así no se ve la vida”, Saudek contestó que tenían razón, pero que “¡así debería verse!” (Saudek en Sosa, 2014, p. 68).

Jan Saudek. 
Jan Saudek (1935-actualidad) nació en Praga, antigua Checoslovaquia, cuatro años antes del estallido de la segunda guerra mundial. Al ser hijo de un hombre judío, se vio retenido  por los nazis durante la época en que Alemania ocupó la ciudad de Praga, viéndose apresado junto a su hermano mellizo en un campo de concentración, del que lograron escapar para reencontrarse con su padre, quién había sido retenido en otro campo. Aunado a esto, en el año 1945 Praga es bombardeada por los Estados Unidos al confundirla con la ciudad de Dresde, capital de Sajonia, en Alemania.

El haber pasado por tantos episodios de agresión, represión y violencia durante su infancia, marcó la producción fotográfica futura de Saudek, reflejándose en el espacio escénico que trabaja, los colores que utiliza y la atmósfera de violencia que se respira en algunas de sus fotografías. Y es que aún en su adultez sus creaciones sufrieron años de represión comunista y postcomunista, debido al alto contenido erótico, la explícita desnudez de sus modelos y los conceptos obscenos que maneja detrás de cada fotografía.

El mismo Saudek hace referencia a su infancia, asegurando que “…el país todavía era comunista y el miedo era omnipresente (…) Todavía siento la censura de esos tiempos infelices, e incluso ahora me siento incapaz de ser creativo en un modo desinhibido”. (Saudek, 1997, p. 6).

Sus inicios en la fotografía tampoco fueron muy alentadores. Recibió su primera cámara a los quince años y un año después coloreó una foto que su madre mostró al médico de la familia, quien la catalogó de kitsch, mala y con un estilo pasado de moda. Estas desalentadoras palabras alejan a Saudek de la fotografía, sin embargo, marca el inicio de su técnica artística por la que sería, en conjunción con su estética obscena, criticado continuamente. Y es que la evidente obscenidad que impera en la mayoría de sus fotografías ha sido blanco de fuertes críticas a lo largo de su carrera, consideradas por algunos críticos y el público en general como alejadas de la belleza, desmoralizantes, grotescas, obscenas y perversas.

Para entender un poco más las críticas que ha recibido el arte fotográfico de Saudek es necesario conocer lo que socialmente es definido como belleza y fealdad. Según Santo Tomás de Aquino “lo bello consiste en la debida proporción, porque el sentido se delecta en las cosas debidamente proporcionadas…” (Aquino en Galicia, 2010, p. 21).

Si la belleza es la debida proporción, entonces la fealdad puede asociarse con la falta de proporción y forma armónica. “La fealdad tendría que alejarse de la concepción estética de la belleza, pues entendemos como feo al fenómeno de la realidad adverso a lo bello.  (Diccionario soviético de filosofía, 1965 en Matellanes, 2009, parr. 1). Sin embargo, esta relación entre lo bello y lo feo es mucho más compleja que una simple oposición. Se podría afirmar que a través del arte la fealdad ha adquirido un valor estético. Incluso podría asegurarse que los efectos de la experiencia de la fealdad son más intensos que los de la experiencia de la belleza, logrando un impacto mayor y más duradero con la estética de lo feo. Ya incluso Plotino afirmaba que “debemos recordar que lo feo y lo malo nos impresionan con mucha más fuerza que lo agradable”.  (Plotino en Matellanes, 2009, parr. 1).

En sus fotos controversiales, más allá de cuerpos desnudos, obesos, con excesos y falta de proporción y forma armónica, lo que hace bella la fotografía de Saudek es la convivencia casi perfecta que existe entre la belleza y la fealdad, el concepto detrás de cada retrato, los colores, la técnica, el espacio escénico y la peculiaridad de sus modelos, opuestos a los tradicionales que si cumplen con el canon del cuerpo con las medidas y proporciones perfectas.

Vicent Fic, doctor de Filosofía en Arte por la Universidad de Aarhus, Dinamarca, dice de Jan Saudek:
La mirada de Saudek es compleja, oscura, perturbadora en todos sus aspectos. Sexo, deseo, muerte, inocencia, lujuria, ironía, belleza, envejecimiento, se mezclan y compiten en su obsesiva figuración de realidades filtradas de emociones. Introducirse en las imágenes de Saudek resulta una experiencia inquietante, un ir y venir entre la atracción y la repulsión, entre la conciliación y la confrontación. Sus fotografías evocan verdades que se evaden cotidianamente, desde sus más amargas perspectivas, o desde la más intestina nostalgia. La vulnerable sensualidad de sus cuerpos es al mismo tiempo grotesca crueldad y enajenación. Imágenes de la alegría y la esperanza en constante conflicto con las de la tragedia y la desesperación, en ocasiones dentro de una misma obra.
Su combinación es implacable y provocadora. El conflicto y la interna fragmentación que trasmite resultan dolorosos. Reiteradamente permite descubrir los más profundos deseos, la dulzura y el placer, pero sin alejarse del recuerdo, del sufrimiento, de la mezquindad del mundo. Sus imágenes pretenden afirmar que la belleza, el amor y la compasión existen, pero a su vez que acaban siendo ilusorias y transitorias, que nada es suficiente, que la soledad, el tiempo, la desesperación o la muerte son inevitables. (Fic en www.enfocarte.com, La provocadora obsesión de Jan Saudek, parr. 1 y 2)
El propio Saudek define su arte como kitsch: “No creo que la obra sea diferente del trabajo de otros fotógrafos. Yo lo llamo kitsch, pero hay quien dice que es porno blando. Fotografía erótica, pornografía…. No existe esa distinción. Está en el ojo del espectador…”. (Saudek en Hanson y Kroll, 2011).

Para Norbert Elías (1998) “…el concepto de kitsch no es otra cosa que una expresión para la tensión entre el rico y bien desarrollado gusto de los especialistas, y el subdesarrollado e inseguro de la sociedad de masas.” Sin embargo, la obra de Saudek no se queda en lo kitsch, sus fotografías también han sido catalogada como perversas.

Según Fabiola Iza (2011),
“La perversión se asocia generalmente al ámbito de lo sexual, a encontrar el placer en prácticas que no son el propio acto sexual sino otras relacionadas a éste. Onanismo, voyerismo, sadomasoquismo, coprofilia, entran en el plano de la perversión. Muchos poetas, pintores, dramaturgos, filósofos y demás han sido censurados por su obra e ideas que se les etiquetan bajo este nombre. (parr. 3)

Black Sheep and White Crow
(Oveja negra y cuervo blanco) -2011-
 (Fotografía de Jan Saudek). 
Ejemplo de lo anterior es el incidente ocurrido a Saudek el 21 de agosto del 2011 cuando su fotografía Black Sheep and White Crow (Oveja negra y cuervo blanco) en la que aparece una chica impúber semidesnuda fue retirada de la Ballarat Internacional Foto Bienal antes de su inauguración por reclamos de prostitución infantil.

Kitsch, perverso, erótico, incluso grotesco; varios son los adjetivos utilizado por los críticos para referirse a la obra de Jan Saudek, pero el más recurrente, el que prácticamente ha llegado a definir su estética es “obsceno”. Al ser la obscenidad el eje central de esta investigación, es necesario referenciar algunos autores que se hayan acercado a una definición de este término.

Según Jerzy Ziomek (1990) “Llamaremos obscenidad la violación de la prohibición de costumbres en el lenguaje. Lo obsceno puede, pero no tiene que ser erótico. Lo «obsceno» es un concepto lingüo-sistémico: existe en la medida en que existe lo «no obsceno»”. (p. 256).

Por otra parte, Naief Yehya (1996) afirma:
Lo obsceno se define burdamente como vulgar, grotesco, soez, excesivo o inmoral. Pueden considerarse obscenos tanto los procesos genitales como las excreciones pero también todo aquello que pertenece al ámbito de lo privado y que por alguna razón ha sido trasplantado a la esfera pública. Son obscenos aquellos actos que pueden ser naturales pero que fuera de contexto parecen ofensivos, repugnantes o provocadores. (p. 12).

Gonzales (2012) asegura que,
“…la obscenidad, introduce un cambio en la significación de la representación del cuerpo desnudo, que en principio puede incomodar al espectador al mostrarle detalles, lugares y/o situaciones que podrán considerarse de carácter más privado o íntimo, pero, que en ultimas, aunque incomodo, el espectador consume según su relación estética de placer, asco o dolor, ya que bien, lo que consume, sólo es una representación de lo real, un signo de veracidad…” (p. 44).

De igual forma, Gonzales (2012) hace referencia a la desnudez y la obscenidad en la fotografía aseverando que “…El cuerpo desnudo y sexual en la fotografía en el orden imaginario de una realidad exacerbada, por su evidencia, da cuenta de una obscenidad que rompe con la distancia visual entre lo que se ve y lo que se muestra, entre el espectador y su objeto del deseo…” (46).

Es por lo anterior que las fotografías de Saudek son consideradas obscenas: muestran lo que “no debe ser visto”, aquello que es impúdico, actos que al estar fuera del contexto en el que deberían exhibirse o desarrollarse son percibidos como inmorales, ofensivos y provocadores. Sin embargo, a pesar de que en la mayoría de su producción fotográfica sus modelos están desnudos, los genitales muy pocas veces son el centro o punto focal de las fotografías, simplemente están allí, como parte del cuerpo, como elemento constitutivo de la anatomía humana.

A pesar de que la obscenidad es imperante en sus fotografías, estas no cruzan el límite que las lleva al territorio de la fealdad, al contrario, con el uso arbitrario del color, la simetría en la disposición de los cuerpos y objetos en el espacio, la desfachatez y la ironía, la picardía e inocencia de sus modelos, Saudek logra presentar la belleza entre el exceso de piel, grasa, celulitis, perversión, violencia y sexualidad desenfrenada.

Jimarino (2008), afirma que el estilo de Saudek se caracteriza por “…cuerpos desnudos, un erotismo descarnado y en ocasiones obsceno, y un afán por hacer que sus instantáneas sugirieran historias al observarlas, que evocaran continuidad más allá de lo que reflejaba la imagen estática.” (parr. 2).

¡Adiós Jan! (Fotografía de Jan Saudek)
En concordancia con lo dicho por Jimarino sobre la intención de sugerir historias en sus fotografías, se puede hacer referencia a varias fotos de Saudek que al ser vistas transmiten algo más que una simple imagen estéticamente producida. El final de la orgía puede sugerir al espectador los excesos que acarrearon  la consecuencia que se presenta en la fotografía. ¡Adiós Jan! permite la elaboración de preguntas por parte del espectador, ¿Quién es Jan? ¿Por qué la joven se suicida? ¿Acaba con su vida a causa de un hecho vivido con Jan? ¿Ese Jan de la fotografía es el mismo fotógrafo que la toma? ¿Por qué tanta alegría instantes antes de matarse? Por otra parte, en La lección de violín el espectador puede tratar de descifrar que historia se esconde detrás de aquella alumna y su profesora de música.

The Violin lesson (La lección de violín) -2001- 
(Fotografía de Jan Saudek)
Detrás de los desnudos considerados obscenos, detrás de la desproporción en los cuerpos de sus modelos, más allá de las expresiones eróticas y sexuales presentes en sus fotografías, existe un concepto, una idea, un mensaje que el autor desea transmitir: “capturar todas las cosas que conozco y amo, pero sobre todo me gustaría dejar una huella del tiempo en que he vivido”. (Saudek, 1997).

La desnudez femenina y la belleza de sus cuerpos mayormente desproporcionados es su principal fuente de  inspiración, aunque en sus desnudos se encuentran uno que otro personaje masculino. El mismo Saudek (1997) asevera  “El cuerpo humano me excita, el femenino sobre todo…”.

Sus primeros trabajos se caracterizan por evocar la infancia, ejemplo de ellos son sus fotografías El destino desciende hacia el río llevando dos niños inocentes y Tentación. Más adelante se dedica a retratar la evolución del niño en adulto, como puede observarse en sus trabajos Diez años de Verónica, Diez años en la vida de Marketa  y Doce 
años en Miroslava.  

El destino desciende hacia el río llevando dos niños inocentes  (Fotografía de Jan Saudek).

Desde su madurez como artista hasta la actualidad sus temas han sido una constante:

Incest (Incesto) -1988- (Fotografía de Jan Saudek).
-La sexualidad: es el tema más recurrente en Saudek. En sus fotografías presenta la diversidad de comportamientos sexuales del ser humano, sin hacer de ellos una crítica. Las relaciones homosexuales; el incesto (Incesto); las filias y el sadismo, la relación entre personas de edades distantes, son algunos de ellos;

-La relación hombre-mujer: aquí va más allá de las relaciones sexuales, presentando su visión del matrimonio, sus ventajas, bondades, complicaciones, la violencia en la pareja, la sexualidad desenfrenada, el matrimonio por conveniencia o por obligación, entre otros;
Pieta (La piedad) -1990- (Fotografía de Jan Saudek).

-El comportamiento erótico-reflexivo en la mujer, la inocencia, la picardía, la relación entre niña y mujer, madre-hija, hermanas;

-La religión: una crítica a la falsa moral, al fanatismo religioso, así como una re-contextualización de los íconos cristianos (por ejemplo La piedad).

Así mismo son representativas sus fotografías con varios personajes donde los retrata primero vestidos y luego desnudos. En otras, hay personajes con antagonismos claramente manifiestos, como los que pretendió dotar de mayor fuerza las imágenes. En algunas de sus fotografías de escenas humorísticas se permitió aparecer como un actor más entre sus modelos.

Según Sosa (2014) la obra de Saudek,
“…pareciera hacerse referencia a la vida personal del autor. Su obra está dedicada a construir una especie de “novela personal” que narra su vida; sin embargo, no es posible llamarla autorretrato debido a que “ya no hay un sujeto que elabora un discurso (…) no sabemos nada y quizá no haya nada que saber más allá de esas representaciones”. (p. 69).

En su biografía (1997), Saudek afirma, “No tengo la posibilidad de retratar la vida de otras personas.  Retrato la mía propia”. Esto pareciera ser la respuesta a lo que Sosa  llama el “autorretrato” que Saudek hace de su propia vida en sus fotografías.

De igual forma, Sosa (2014) se refiere a la producción fotográfica de Saudek, afirmando que,
“…lo que hace, sobre todo, que esta producción sea reconocida como tal es la constante manifestación de un concepto, la búsqueda de significados (…) Al ver sus retratos, se genera una sensación de ensueño, como si nada de ello en verdad existiera.
El cruce entre las diferentes técnicas artísticas habla de un nuevo modo de generar arte, que ha excedido sus límites y está buscando redefinirse. (p. 70)

Así como el desnudo es característico en la producción artística de Saudek, el espacio escénico también juega un papel preponderante en sus fotografías. El haber vivido en un campo de concentración es el principal antecedente del encierro que viven sus personajes. Aunado a esto, debido a la represión política del régimen comunista de su época, escondiéndose de la policía secreta que tachaba sus fotografías de inmorales y contrarias a la política gobernante en la República Checa, Saudek empezó a trabajar en el sótano de su casa, un espacio reducido que contaba con una sola y diminuta ventana. De esta forma, las fotografías de Saudek se ven configuradas en una paleta de colores vivos que se contrapone al aspecto mohoso, ruinoso y abandonado de las paredes.

Salcedo (2013) considera que,
“El sótano de Saudek se ha vuelto el símbolo de su obra fotográfica, en donde sus sueños se hacen presentes y siguen las leyes de su propio mundo, de tal manera que al mirar una de sus obras, el espectador se ve inmerso y tocado por un acto estético que sublima el espíritu humano. Se nota que Saudek le dio la espalda al mundo y se recluyó en su micro-mundo, al parecer, para evitarse el dolor de una realidad agresiva y mordaz, aunque de vez en cuando se percibe, sutilmente, que el horror se coló por la lente de la cámara, ese que hiere el alma y le deja una impronta al hombre, aunque afortunadamente algunos logran hacer grandes obras de arte a partir de sus heridas”. (parr. 9).

Saudek ha recibido grandes reconocimientos que dan fe de su talento como artista. En 1990 fue nombrado caballero de las Artes y las Letra por el Ministerio de Cultura de Francia; en el 2006 es galardonado en su país con el premio Artis Bohemiae Amicis por su contribución a la reputación artística de la República Checa.

A pesar de las innumerables críticas y la cantidad de detractores que ha sumado a lo largo de los años, Jan Saudek es considerado actualmente uno de los fotógrafos más influyentes en la historia de la fotografía. Si bien su obra no es bella en base al canon establecido, lo es por la reivindicación que hace a los cuerpos grotescos, eróticos y obscenos, con un estilo mordaz y único que caracteriza su producción artística y que es reconocible a simple vista.


 Referencias.

Baqué, D. (2003). La fotografía plástica: un arte paradójico. Barcelona: Gustavo Gilli.
Eco, U. (2007) Historia de la belleza. Barcelona: Lumen. p. 438.
Eco, U. (2007) Historia de la fealdad. Barcelona: Lumen. p. 460.
Elías, Norbert. (1998) La civilización de los padres y otros ensayos. México: Norma.
Fic, Vicent. (s.f.) La provocadora obsesión de Jan Saudek. Recuperado el 23 de agosto de 2016. Disponible en: http://www.enfocarte.com/2.14/fotografia.html
Galicia, M. (2010) La estética en Tomás de Aquino (Seminario). Universidad Popular Autónoma del estado de Puebla, Puebla. Recuperado de: https://filosofiaupaep.files.wordpress.com/2010/07/ggma19052010.pdf
Gonzales, J. (2012) Cuerpo y obscenidad en los medios: un acercamiento estético a la mediación intersubjetiva de la pornografía. (Tesis de Maestría). Universidad Nacional de Colombia, Medellín.
Hanson, D.; Kroll, E. (2011) The New Erotic Photography Vol. 1. London: Taschen, pp. 320.
Iza, F. (2011) El fetiche perverso de la obra de arte. Recuperado el 28 de agosto de 2016. Disponible en: http://registromx.net/impresos/18perversion/bunkerelfetiche.html
Jimarino. (2008) Jan Saudek. Recuperado el 20 de agosto de 2016. Disponible en: https://jimarino.com/2008/01/13/jan-saudek/
Matellanes, I. (2009) El concepto de fealdad en el arte. Recuperado el 26 de agosto de 2016. Disponible en: http://www.sarasuati.com/el-concepto-de-fealdad-en-el-arte/
Salcedo, E. (2013) La fotografía introspectiva de Jan Saudek. Recuperado el 23 de agosto de 2016. Disponible en: http://www.sarasuati.com/el-concepto-de-fealdad-en-el-arte/
Saudek, J. (1997). Photographs 1987-1997. Madrid: Taschen.
Sosa, M. (2014) Jan Saudek: la paradoja de la fotografía artística. Creación y producción en diseño de comunicación, 10(4) 67-70. Recuperado de: http://fido.palermo.edu/servicios_dyc/publicacionesdc/archivos/507_libro.pdf
Yehya, N. (1996) Pornografía y obscenidad: la crítica de la cultura desde sus orígenes. Revista de la Universidad de México, 546-547, 8-13.
Ziomek, J. (1990) La pornografía y lo obsceno. Criterios, 25-28, 244-264.

Angel Pacheco D'Andrea.
30/04/2017.


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sábado, 29 de abril de 2017

-POEMA- PISÉ A MI HERMANO.


Hoy pisé a mi hermano.
Estaba tendido en el asfalto,
Inerte, indefenso.
Tropecé con su cuerpo mientras huía:
balas llovían como lágrimas de pólvora,
como escupitajos de odio,
como gritos de sangre.

Hoy pisé a mi hermano,
resbalé con su alma:
charco de espesa agonía y famélico heroísmo
desbordado como miel fresca en el pavimento.  

Lo pisé,
sentí el crujir de sus dedos, 
espigas de trigo quebradas bajos mis botas.
Caí sobre él,
sobre su cuerpo humillado,
sobre su alma de héroe,
sobre su piel de soldado.
Ojos abiertos ante la sorpresa del último respiro,
labios cerrados ante la promesa de un grito que no logró salir.

Caí.
Caí y me tendí a su lado,
impávido, aterrado, alerta,
último intento de resguardar mis latidos,
de ser omitido por la ráfaga de balas que aullaban mi nombre.
Hoy pisé a mi hermano,
mañana me pisarán a mí.  

Angel Pacheco D'Andrea.
29/04/2017.
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viernes, 28 de abril de 2017

-RELATO- LA CONFERENCIA.

Cuando entró, el auditorio entero calló. Su presencia irradió un halo de respeto y superioridad. Gristi Krostiani se ubicó en el centro del escenario. Una pequeña mesa le dio indicios de donde debía posicionarse. Sobre ella se encontraba una jarra de agua y un vaso de cristal. Junto a estos reposaba el micrófono inalámbrico a través del que propagaría su doctrina durante unos cuarenta y cinco minutos. Lo tomó con determinación, encendió y dio dos pequeños toques para probar que había prendido. Alzó la vista, miró a su impresionable público y empezó la conferencia:

–Está de más una presentación. Todos conocen mi nombre. Saben quién soy y que vengo a hacer aquí. Con un tema tan amplio, discutible y maravilloso como el que trataremos esta tarde, no veo razón para perder tiempo con formalidades. Así que sin ningún preámbulo mayor a esta aclaración, iniciamos: 

«Así como un escritor une letras para formar palabras y crear una obra literaria, en la danza se articulan pasos para desarrollar una secuencia que trae como resultado una coreografía. La literatura es arte, la danza también lo es. Y como todo arte, la danza es expresión –dijo Gristi con aire nostálgico. Desde la última fila se podían sentir sus contundentes y rítmico latidos. Su respiración serena propagaba una atmósfera de inquietante relajación –.

«El arte evoluciona en momentos difíciles –continuó–, y la danza es un perfecto ejemplo de ello. En la historia de la humanidad han ocurrido hechos realmente desastrosos, acciones viles desarrolladas por el hombre que traen funestas consecuencias, la muerte es la más terrible y común de todas. La técnica Butoh, por citar un ejemplo, nació en Japón  en el año 1950 como reacción a la conmoción causada por la segunda guerra mundial, en especial por el bombardeo atómico sobre las ciudades Hiroshima y Nagasaki –explicaba Christi con tanta fluidez como si la edad no hubiera afectado su memoria–. 

«Sin embargo –apartó el micrófono un momento y tosió fuertemente, como si intentara sacar de su garganta litros de espesa miel–,  no solo las situaciones difíciles dan pie a la evolución de un arte, también pueden originarla el hastío e inconformidad de sus practicantes. Un ejemplo claro que todos ustedes, como estudiantes y profesionales de las artes del movimiento deben conocer, es el de la danza contemporánea, surgida a finales del siglo XIX  como reacción a las formas clásicas del ballet.

«No soy bailarina de profesión, sino de corazón. Mi experiencia me ha llevado a comprender que danzar es expresar con el cuerpo lo interiorizado por el hombre, es dejar escapar el alma con técnica y mesura. Soy actriz. Tengo un título universitario y una treintena de películas que lo prueban –el auditorio estalló en risas–, pero mi carrera no me ha impedido amar la danza; al contrario, estudiar actuación me permitió conocerla y hacerla parte clave e indispensable de mi vida.

«Si hay algún actor entre el público, preste mucha atención a lo siguiente –acotó–: cada movimiento del actor debe ser estético, limpio y equilibrado. En la danza encontré la posibilidad de narrar con mi cuerpo. Muchas veces los profesionales de la actuación nos apoyamos en la voz para desarrollar un personaje, dejando en segundo plano la postura corporal, la expresión que cada una de nuestras articulaciones, extremidades, cabellos y pestañas ofrecen, así como la capacidad del cuerpo para decir, contar, reír y llorar.  La danza brinda herramientas de creación, de desplazamientos, reconocimiento y trabajo en el espacio. Estas últimas han sido de gran utilidad en mi carrera actoral, en especial cuando me embarqué en proyectos teatrales.

Cuando la danza te toca, tu cuerpo cambia.: la danza estiliza, mejora la postura. Antes de dedicarme a la actuación era una persona encorvada e inconforme conmigo y con mi cuerpo. Mi elasticidad era prácticamente nula y la torpeza,el  desequilibrio y la desconcentración eran tres de mis principales características. Actualmente, aun cuando los años han pasado sin clemencia, gran parte de mi cuerpo sigue manteniendo la agilidad, el equilibrio y elasticidad que el trabajo físico de la actuación y la danza me ofrecieron como frutos. –Tosió nuevamente. Esta vez no llegó a separar el micrófono a tiempo y el sonido áspero y desagradable de su garganta se reprodujo en cada corneta del auditorio–. La danza también ha sido cómplice y partícipe de mis fiestas. El danzar se encuentra en la cotidianidad de la humanidad. Toda cultura, país, etnia o grupo desarrolla un baile o danza característica de acuerdo a sus costumbres y estilo de vida. El conocer y practicar la danza me dio la oportunidad de disfrutar en las reuniones familiares, celebraciones, espectáculos, recepciones… La danza se disfruta, se vive y se siente.

Gristi notó que una lágrima se deslizaba por su arrugada mejilla. Observó la hora en su reloj de pulsera y exclamó:

-¡Pero miren la hora! Me he pasado de lo estipulado, ya me toca tomar una siesta, a esta edad no estoy para estos trotes. Un placer compartir con ustedes, queridos. –hizo amago de retirarse, sin embargo, una voz entre las primeras filas del público le hizo retroceder–:

-Señora Gristi, una pregunta. ¿Luego de su accidente y la consecuencias que trajo para su carrera y su vida, como hizo para acostumbrarse a no poder bailar nunca más?

Gristi le miró con ternura y melancolía mientras avanzaba en su silla de ruedas. Tosió un poco, solo para aclarar la garganta, y encendiendo nuevamente el micrófono respondió:


-Mis pies ya no pueden danzar, pero mi alma sigue bailando con cada latido. 

Angel Pacheco D'Andrea.
28/04/2017.
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jueves, 27 de abril de 2017

-RESEÑA LITERARIA- LAS TRIBULACIONES DE UN CENSOR ANTIPLAGIOS, DE MARIO MORENZA.

“Las Tribulaciones de un censor antiplagios” es el cuento ganador de la edición número 71 del concurso de cuentos del diario El Nacional, premiación en la que se reconoce lo mejor de la producción cuentística venezolana. Su autor, Mario Morenza, escritor venezolano oriundo de la ciudad capital, es magister en Literatura Venezolana egresado de la UCV, casa de estudios en la que se desempeña como docente e investigador. Morenza ha sido reconocido con menciones honoríficas en diversos concursos literarios nacionales y varios de sus textos de narrativa breve han sido seleccionados para aparecer en numerosas antologías a nivel nacional e internacional.
El cuento se centra en la vida de Mario, un censor antiplagios que trabaja para el gobierno nacional y cuya labor es detectar los libros cuyos autores han incurrido en el delito de copiar a otros. A medida que cuenta aspectos de su vida, Mario narra los sucesos ocurridos en Venezuela después de que un escritor ganara las elecciones presidenciales y estableciera en el país un régimen autoritario en el que la lectura fue impuesta como una obligación nacional y los delitos relacionados con el plagio, las faltas ortográficas y el incumplimiento de normas de lectura fueran penados severamente. Aunado a esto, el repentino regreso de su ex novia –acompañada de un niño que ésta le asegura es su hijo– marca un giro en la historia donde la convivencia con el pequeño niño le llevará a darse cuenta de que él, censor antiplagios de profesión, fue vilmente plagiado y engañado por su ex pareja. 

               A pesar de la ironía y la acidez con que el autor narra algunos hechos, el cuento no deja de parecer una crítica a diversos aspectos envilecidos de la sociedad: en primer lugar al plagio como usurpación de contenido privado de un autor; en segundo lugar son reprochados la corrupción, el enriquecimiento ilícito,  el abandono de los hijos y de la familia, el engaño, el abuso del poder y la mediocridad. La narración tiene una carga política y social que, aunadas a las explicitas descripciones geográficas de Venezuela, que el autor refiere a través del narrador, conecta directamente con las crisis económicas y políticas que el país ha padecido en el transcurrir de su historia.

En “Las tribulaciones de un censor antiplagios”, Morenza introdujo de manera excepcional una crítica a los sistemas políticos dictatoriales, reflejando como el poder, las ideologías políticas y la necesidad de imponer el pensar individual sobre el colectivo pueden desviar la ética de un gobernante, a pesar de que este sea el más culto de los humanistas.

Angel Pacheco D’Andrea.
27/04/2017.
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-POEMA- EXTRAÑAMENTE AZUL.

Inesperado, extrañamente azul,
Cilindro de palabras aprendidas,
Esquema perfectamente trastocado.
Agujero cósmico con olor a penumbra
Y sabor a estrella apagada.
Un gran dedal dislocado
Oculta la calvicie de su sonrisa. 

Angel Pacheco D'Andrea. 
27/04/2017.
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domingo, 23 de abril de 2017

-ENSAYO- CAVILACIONES SOBRE “EL ESPACIO VACÍO” DE PETER BROOK.

¿Sabe por qué triunfa el teatro, por qué ha vuelto la gente al teatro?
Porque el teatro no trata de nada en concreto.
Trata de la vida. Es la vida.
-Peter Brook-


En mis inicios actorales, cuando pertenecí a un grupo teatral en mi ciudad natal, mucho antes de iniciarme universitariamente en el arte de la interpretación, pensaba que un teatro sin escenografía era absurdo, simple y vacío. En mi neonato pensamiento como artista no cabía la idea de que podía existir un espacio vacío en el escenario; más aún, pensaba que para que un personaje fuese exitoso debía estar repleto de la parafernalia correspondiente: vestuario, utilería, maquillaje, peinado y un toque de exageración y comedia barata.

Por mi bien, es importante dejar claro que todas estas frivolidades no eran culpa directa del grupo al que pertenecí, eran mías, creencias vagas alimentadas por fundamentos vagos, basados en mis vagas experiencias con el arte interpretativo en aquel entonces. Cabe aquí otra aclaración: no estoy juzgando mi primitivo pensamiento artístico, es normal que al iniciar en una disciplina prácticamente desconocida se tengan solo impresiones superficiales generadas por la referencias más cercanas,  en mi caso: las telenovelas, el cine comercial y unas cuantas representaciones teatrales en las que tuve la oportunidad de participar durante la primaria y el liceo.

Aunque en la actualidad sigo sintiéndome atraído por una pieza con magnánima escenografía, desbordante utilería, impactantes vestuarios y maquillajes camaleónicos, mi pensamiento se ha modificado por la experiencia, la lectura y la práctica. Hoy en día, veo estos como elementos como refuerzos que sirven de “postre” para el actor y el espectador. El verdadero alimento, el plato fuerte y principal es la interpretación, en ella se encuentran todos los nutrientes, lo demás son solo azúcares, grasas y aderezos.


Justamente lo anterior es presentado por el director británico Peter Brook en que es su libro más conocido: “El espacio vacío” (1968). Pero esta obra magistral de la teoría teatral contemporánea no trata solo en sus líneas la idea de un teatro libre de escenografía e indumentaria, el “Espacio Vacío” va  más allá, internándose en las coyunturas del teatro moderno, indagando en la experiencia del actor, la percepción del público y la más idónea forma de representación teatral según Brook, quién es considerado el pionero en el Teatro Experimental británico.

Peter Brook (1968) da inicio a su libro con la siguiente frase: “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral” (p. 1). Con esta frase, Brook hace alusión a la teatralidad, acto que “…implica un sujeto que mira y un objeto mirado y supone que el objeto - lo mirado- es concebido como ficción por el sujeto mirante -el espectador-. Es un fenómeno en un acto de representación, se requiere, no sólo del sujeto espectador, sino que este sujeto entienda el objeto mirado como ficción, representación (Féral en Domínguez, p. 1).

Lo elemental en una representación es la presencia del actor y del público, lo demás es solo un complemento, es por ello que un buen director debe centrarse principalmente en la actuación y luego en la producción. De igual manera el actor, debe ocuparse de su interpretación, la imagen física es el  valor agregado.

Didácticamente, Brook divide el contenido del libro en cuatro partes que, si bien trata cada una  distintos aspectos del teatro, en el trascurrir de la lectura todas se relacionan entre sí. La primera de ella es llamada por Brook El teatro mortal. Particularmente, cuando ´leí esta frase la relacioné directamente con el teatro efímero; sin embargo, al internarme en el capítulo me percaté de que se refería al “mal teatro”, al teatro comercial, aquel que trabaja con magníficas escenografías y una gran producción con la única finalidad de abarrotar la taquilla.

En este punto inserto mi opinión al respecto: Todo teatro que obtenga beneficio económico por su representación merece ser llamado teatro comercial. Pero no todo teatro comercial es llamado “buen teatro”. La diferencia radica en que el mal teatro comercial utiliza todo su esfuerzo en producir una pieza que venda, mientras que el buen teatro produce buenas piezas, con buenas actuaciones y un gran contenido conceptual, un “algo” que debe decirse. Estas últimas producen dinero por su éxito en el contenido,  no en la forma, o al menos ésta última  pasa a jugar un segundo plano.

Respecto al teatro mortal, Brook señala que cada día son menos los espectadores conocedores de teatro que asisten a estas producciones, ya que no van más allá de las grandes escenografías y efectos audiovisuales, que ya han cansado al público. Todo tiene un límite, un punto de quiebre, y en el arte esto se ha hecho evidente con los movimientos artísticos a lo largo de la historia, siempre contestatarios a la corriente anterior, buscando la renovación. Así mismo, a mi parecer, está ocurriendo con el teatro: las grandes producciones ya no ofrecen al público nada nuevo, no le sorprenden.  Los espectadores se encuentran a la expectativa de un nuevo teatro, quizá más íntimo, con más contenido que imagen, que les haga reflexionar y pensar al salir de la función y no solo les divierta o aturda con efectos visuales que no les dejan más que una buena imagen.

Como segundo capítulo del libro, Brook discurre en la explicación de lo que él llama Teatro sagrado, teatro donde lo “invisible se hace visible”. En este apartado, Peter Brook reflexiona sobre la necesidad de decir “algo”, de comunicar público un contenido.
Considero que ese “hacer visible lo invisible” de refiere a transmitir al público lo que se quiere decir sin recurrir a los lugares comunes, lo elemental, lo que está a simple vista, lo básico. El actor tiene la difícil tarea de hacer creer al público lo que no es; de mentir con tal descaro que haga ver al público lo que no existe, lo invisible.
Para hacer arte es esencial tener algo que decir, y no sólo eso, sino la necesidad de decirlo, de otra manera, solo se estaría haciendo simple entretenimiento. El teatro sagrado es aquel que encara la vida desde la realidad y le hace ver al público lo que le es imposible ver o lo que no ha querido ver.

El tercer capítulo del libro es titulado el Teatro tosco. Brook la cataloga como el “teatro popular”, el que se hace en lugares no convencionales, teatro que, al estar más cercano al público es, según Brook, el teatro que salva una época.

Esta tipo de teatro es más directo, impactante, tajante, encuentra sus temas en lo cotidiano, lo presente, lo más próximo a la realidad actual del hombre. De acuerdo a sus características, se me es fácil relacionar el teatro tosco con las tendencias contemporáneas (happening, performance, deformance, instal’acción…) que buscan interpelar al público con mayor cercanía, sirviéndose para ello de los temas más actuales, la proximidad física con el espectador, la rebeldía, la sorpresa, la crítica directa, intentando convencer al espectador que lo que ve realmente ocurre, y no solo en la representación, sino en la cotidianidad de sus vidas.

Por último, Brook se refiere a un Teatro inmediato. Este tipo de teatro rechaza la impostura, busca la sencillez, la verdad. En este capítulo, Brook cavila, entre muchas otras cosas, sobre la influencia de la escenografía, el vestuario y la utilería en interpretación del actor y, en consecuencia, en el resultado de la pieza teatral.

Peter Brook presenta al ensayo como la vía para conseguir una buena interpretación. Señala que un actor debe ir a cada ensayo “limpio”, libre de imposturas o acciones preconcebidas. Cada ensayo es una búsqueda y de él deben registrarse mental y corporalmente lo que sirva para enriquecer el personaje y al actor como intérprete.

“El espacio vacío” es un libro que lleva a reflexionar sobre el papel que juega el teatro en la sociedad; el nivel de entrega, dedicación y esfuerzo de los actores, directores y demás profesionales del teatro para con su público y su compromiso como comunicadores.

Peter Brook abre los ojos a los actores que aún no han caído en cuenta de la dificultad de su arte. “El espacio vacío” es un llamado de atención a esos intérpretes que no ven más allá de la forma, la fama y la postura, dejando olvidado lo esencial: la verdad en la interpretación.

Angel Pacheco D'Andrea.
23/04/17

Referencias.

Brook, P. (1968) El espacio vacío. Recuperado de: [https://aulademusicamartinsarmiento.files.wordpress.com/2012/09/brook.pdf]

Domínguez, M. (s.f.) La teatralidad en nuestras culturas aborígenes. Recuperado de: [http://dramateatro.fundacite.arg.gov.ve/ensayos/n_0004/la_teatralidad_en_nuestras_culturas.htm]

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