Pensamiento del día.

Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse, y que forman algo así como un misterio.

Federico García Lorca (1898-1936) Poeta y dramaturgo español.



Dato ortográfico del día.

Es “mb”, nunca “nb” (ambos).

Es “nv”, nunca “mv” (invierno).

Es “mp”, nunca “np” (improvisar).

Es “nr”, no “nrr” (enroque).



viernes, 14 de abril de 2017

-ENSAYO- CONSIDERACIONES SOBRE LA "LINGÜÍSTICA GENERAL" DE FERDINAND DE SAUSURE.


Ferdinand de Saussure, lingüista suizo de mediados del siglo XIX y principios del XX, pasó a la historia de la lingüística con su libro Curso de Lingüística General (1916), en el que ofrece, por primera vez, una delimitación del objeto de estudio de esta ciencia que, anteriormente, solo se dedicaba a la normatización y dejaba en segundo plano la descripción y el análisis.

Para Saussure la lingüística tiene un objeto de estudio claro: la lengua, que a su vez se sirve a sí misma como instrumento de análisis; es decir, la lengua se estudia y analiza. Lo anterior guarda relación con la “reflexividad”,  última propiedad del lenguaje propuesta por Hockett (1971) en su Curso de lingüística moderna, donde afirma que “en una lengua es posible comunicarse a cerca de la comunicación misma” (p.  566). Esto puede compararse análogamente con un psicólogo que se sienta en su mismo diván.

El lenguaje es multiforme: es físico porque el hombre lo lleva a cabo con su cuerpo (al escribir, la manos; al hablar, el aparato fonador; en el lenguaje de señas, las extremidades superiores y el rostro);  psíquico porque involucra un proceso cerebral de análisis-emisión –análisis-respuesta, y fisiológico porque es resultado de una necesidad del hombre.

Lenguaje es comunicación y lengua es el sistema utilizado para llevar a cabo el proceso comunicativo. El lenguaje es un sistema heterogéneo: en él conviven y convergen todas las lenguas, con sus diferencias y similitudes. A diferencia del lenguaje, la lengua es homogénea: se basa en acuerdos preestablecidos, cerrados y solo modificables por sus hablantes, es decir, todos sus elementos se unifican y complementan.

La lengua es parte vital del lenguaje y el habla pieza influyente en la lengua; y aquí se vislumbra un dilema: existen grandes diferencias entre lengua y habla, pero el común denominador puede no encontrar divergencia alguna entre ellas.

Tanto lengua como habla son elementos del lenguaje. Sin embargo, la lengua es, técnicamente, un sistema de signos regidos por un conjunto de normas establecidas por un grupo de lingüistas en relación al uso que le da una sociedad a una lengua determinada. Por otro lado, el habla es el uso que un individuo le da a esa la lengua. Ésta es heterogénea, puede variar dependiendo de muchos factores (idioma, espacio geográfico, entorno y clase social, nivel educativo…) En pocas palabras: la lengua es expresión de lo social y el habla de lo individual. Aunque pueda parecer que la lengua tiene mayor importancia que el habla, es importante destacar que esta última es fundamental para que aquella se establezca, ya que el desarrollo y la permanencia de una lengua es producto, en gran medida, de la acción del habla. La lengua establece los signos lingüísticos a utilizar y las normas que los rigen como elementos de un sistema, mientras que el habla es la libertad que tiene cada hablante para organizar dichos signos.

Significar es darle una imagen (acústica, visual, táctil…) a un concepto. Un signo es una representación arbitraria y no guarda relación directa con lo que representa; es un código establecido por convenciones sociales. Un ejemplo de lo anterior es el signo de la paz: éste no ofrece ninguna relación física que le relacione con la utopía de un mundo perfecto, sin embargo, al acordarse que este significado –la paz– sería expresado a través de este significante –un círculo con tres líneas que evocan un avión de guerra observado desde una vista cenital– queda establecido dentro del lenguaje y su uso adquiere significado.

                Al hablar de signo lingüístico, se hace referencia al conjunto de fonemas establecidos arbitrariamente por el hombre que permiten su organización casi ilimitada para la formación de palabras que, de forma impuesta, sirven de significante a un significado (contenido mental que se desea expresar: concepto).

En el estudio de la lingüística, el lingüista  se encuentra en la posibilidad de llevar a cabo dos niveles de investigación: el sincrónico y el diacrónico. El primero de ellos es el sincrónico, aquel en el que se analiza y estudia la lengua en un momento determinado: la lengua como sistema. El estudio diacrónico, a diferencia del anterior, se desplaza en el tiempo: su objetivo es estudiar la evolución de la lengua, su desarrollo desde sus inicios hasta la actualidad  o de un período de tiempo determinado, incluso comparando la evolución temporal de una lengua con otra.

La estructuración de los contenidos en la lengua en está basada en dos ejes: El eje sintagmático y el paradigmático. El primero está fundamentado en el valor de linealidad de la lengua. Esta característica permite comprender que en el sistema lingüístico se ubica un signo detrás del otro: nunca habrán dos significantes al mismo tiempo.  Al igual que Saussure, Charles Hockett (1971) toma en cuenta este aspecto, al que incluye como una propiedad del lenguaje denominada carácter discreto,  función que detalla la capacidad que ofrecen las lenguas de reemplazar un significante por otro sin tener que modificar los aledaños.

Por su parte, en el eje paradigmático se encuentran organizados los conjuntos de palabras pertenecientes a una misma clasificación dentro de la que cumplen una misma función sintáctica, cuyo reemplazo no afecta drásticamente la estructura de la oración. Es decir, el eje sintagmático establece el orden lógico y coherente de la oración, mientras que el paradigmático ofrece un conjunto de posibles palabras a utilizar dentro del esquema establecido. Esto puede compararse con el proceso de vestimenta del ser humano: la camisa va en el torso, el pantalón en las extremidades inferiores y los zapatos en los pies. Puede variar el color de los zapatos, el diseño de la camisa o el largo del pantalón, pero siempre se pondrán en la misma parte del cuerpo.


Referencias.
Saussure, F. (1945) Curso de lingüística general (24ª ed.).  Buenos Aires: Losada.
Hockett, C. (1971) El puesto del hombre en la naturaleza. En Curso de lingüística moderna. (pp. 547-576). Buenos Aires: EUDEBA.

Angel Pacheco D'Andrea.
14/04/17


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